martes, 23 de septiembre de 2014

CORRIENTE MUSICAL (Concepto)

CORRIENTE MUSICAL
(Concepto)

Se podría considerar que una corriente musical es a su vez, una forma de estilo más específica, a la que se suman un número más o menos numeroso de compositores durante un periodo de tiempo determinado y que puede ser, por sus características parte de un estilo o época más extensa. Si esta corriente se limita a un grupo reducido de compositores, un lugar y un momento concreto se puede hablar incluso de “escuela” (aún más si tienen un líder o profesor que la aúna), también pueden atender a criterios de periodización (generación), geográficos (nacionalismos) o relación con otras artes (impresionismo), estéticas (dadaísmo) o pensamientos.

Un corriente musical, también se puede considerar como “tendencia”, tanto es así que si esta es especialmente innovadora, que al tiempo consigue aunar un cierto número de seguidores se le suele añadir el sufijo –ismo-, cuyos significados se pueden asociar a: 'doctrina', 'sistema', 'escuela', ‘movimiento’, ‘actitud’, ‘condición’ o ‘actividad’, y si es verdad que se ha utilizado a lo largo de la historia, es especialmente a partir del siglo XX cuando proliferan en el mundo de las bellas artes, la literatura y el pensamiento en general, así como la propia música.

martes, 2 de septiembre de 2014

BREVE HISTORIA DEL CINE MUSICAL





BREVE HISTORIA DEL CINE MUSICAL


Claudio Cascales




 

El  cinemusical arranca de cuatro puntos fundamentales que son: teatro, música, danza y escenografía. La primera actúa de hilo argumental, la música y la danza son el soporte básico, en torno al cual gira todo y la escenografía abarca todo cuanto se refiere a la ambientación (luces, decorado, vestuario, etc.). Después es el cine quien, al articularlos en un “todo” único, crea con tales ingredientes un género nuevo, distinto y genuino. El musical presenta tres rasgos fundamentales atendiendo a la música que en él se utiliza:


Invierte los términos entre música e imagen.
  • Procede en casi todos los casos del teatro.
  • No se basa en composiciones originales para la pantalla, salvo en contadas ocasiones.
La evolución del musical la podríamos resumir en tres etapas:

Edad de Oro (años 30’); Se considera que nace el género en 1933 al amparo del director y coreógrafo Busby Berkley (1895-1976) quien con La calle 42, creó los más deslumbrantes números musicales de la historia del cine en función exclusivamente de los ángulos de la cámara y Fred Asteire (1899-1987) con Volando hacia Río de Janeiro (1933), utilizando números preexistentes y de nueva composición en solitario y junto a la también bailarina Ginger Rogers (1911-1995) con películas como Sombrero de Copa (1935), Swing time (1936) o Ritmo loco (1937), de autores tan importantes como Jerome Kern (1885-1945), Georges Gershwin (1898-1937) o Cole Porter (1891-1964), entre otros. En esta misma década hicieron también a su vez, la aparición de los primeros niños prodigio del género, destacando de entre todos Shirley Temple (1928-2014) con películas como La pequeña coronela (1935), Judy Garland (1922-1969) con El mago de Oz (1939) y Mickey Roony (1920-2014), con Hijos de la farándula (1939), así como los primeros musicales animados producidos por Walt Disney (1901-1966), como Blancanieves y los siete enanitos (1934)
 
Edad de Plata (años 40’ y 50’); con musicales mucho más depurados, apareciendo el concepto de Musical integrado, en el que las canciones y bailes toman parte directamente en el desarrollo y la trama de la película, teniendo como obra maestra del género Cita en San Luis de 1944, del director Vincent Minelli (1903-1986), quién también realizó junto a Gene Kelly (1912-1996), cantante, bailarín y coreógrafo, títulos tan destacados para el musical como Un Americano en París (1951), o con Stanley Donen (n. 1924) con los musicales Levando anclas (1949) y Un día en Nueva York (1949), así como en Cantando bajo la lluvia (1952). Otros títulos que marcan el periodo son: Siete novias para siete hermanos (1954), My Fair Lady (1955), El Rey y yo o Gigi (ambas de 1958), donde se consuma la unión absoluta entre el desarrollo dramático de la acción y los números musicales.
 
Edad del Plomo (años 60’); se abre esta etapa con nuevos temas y un estilo innovador, con dos obras maestras del género West side story (1961), con música de Leonard Bersntein (1918-1990), y dirección de Robert Wise (1914-2005), y My Fair Lady (1964), dirigida por George Cukor (1899-1983). Tras estas producciones el musical no hará sino decaer con contadas excepciones, aunque todavía habrá algunos éxitos artísticos destacables como Los paraguas de Cherburgo (1964), -cantada en su integridad-, Mary Poppins (1964), Sonrisas y Lágrimas (1965), Chitty chitty bang bang, Oliver (ambas de 1968), Hello Dolly, Noches en la ciudad (ambas de 1969), con actores y actrices del talento de Dick Van Dike (n. 1925), Julie Andrews (n. 1935), Barbra Streisand (n. 1942) o Catherine Deneuve (n. 1943).
 
En los años 70’ se produce un nuevo impulso por revivir el género, ampliándolo a las músicas populares del momento, con películas como El violinista en el tejado (1971), Cabaret (1972), con Liza Minelli (n. 1946), The Rocky Horror picture show (ambas de 1975), Ha nacido una estrella (1976), Annie (1977) y Fiebre del sábado noche (1977) y Grease (1978), ambas con John Travolta (n. 1954). En menor medida All that Jazz y Hair (ambas de 1979), así como Fama (1980), Granujas a todo ritmo (1980), Víctor o Victoria (1982), con música del propio Henry Mancini, Dirty Dancing (1987) o Sister Act (1992).
 
Mención aparte merece el londinense Andrew Lloyd Webber (n. 1948) quien ha cosechado monumentales éxitos en el mundo del teatro, y sus consecuentes versiones cinematográficas, en las que también ha trabajado. Entre sus musicales más destacados en los escenarios figuran Jesucristo Superstar (1973), Cats (1981), Evita (1996) y El Fantasma de la ópera (2002).
 
En la actualidad el musical se ha renovado y adaptado a las exigencias del nuevo público convirtiéndose, en la primera década del siglo XXI, como un espectáculo recuperado a base de un repertorio consagrado al que se le adapta hábilmente una historia de fácil y dinámica, consiguiendo un gran éxito comercial, bien de un solista o grupo, bien de una corriente musical. Entre ellos podemos reseñar La sirenita (1989), La bella y la bestia (1991), Mamma Mia! (1999), Billy Elliot (2000), We Will Rock You (2000), Moulin Rouge (2001), Chicago (2002), Hoy no me puedo levantar (2005), Dreamgirls (2006), Nine (2009), Burlesque (2010) The Lion King (2011) y Los miserables (1980) de Claude-Michel Schönberg (n. 1944),
 

Pedro Calonge el “Rey de la Marimba”.

  Pedro Calonge el “Rey de la Marimba”. @ClaudioCascales Pedro Calonge. (Fuente: gladyspalmera.com) Si en un artículo anterior rendíamos...